lunes, 13 de agosto de 2012

Mujeres comprometidas y organizadas


Las historias que se narran a continuación pertenecen a pensionadas que eligieron participar, involucrarse, ayudar y organizarse para mejorar su calidad de vida y la de otros pensionados.
Son historias de quienes accedieron al derecho a la pensión y que dan cuenta de la inclusión social y el protagonismo colectivo que se promueve desde un estado fuerte y activo.


Sara Márquez -Centro de Pensionados de Santiago del Estero “Así somos”


Sara Márquez tenía 7 años cuando se fundó el populoso barrio 8 de Abril de la ciudad de Santiago del Estero. La zona era conocida como “El potrero de los Taboada” ya que allí pastaban los animales de la acaudalada familia santiagueña. En este paraje, muy cercano al centro de la ciudad, se habían radicado numerosas familias llegadas del interior de la provincia las que tuvieron que organizarse para impedir el desalojo demandado por los Taboada. A esa temprana edad, Sara vio por primera vez como sus padres junto con los vecinos se organizaban para luchar por sus derechos, en ese caso por el acceso a la vivienda.
En la actualidad Sara tiene 60 años, 2 hijos y el barrio “8 de Abril”  es el barrio más grande de la ciudad. Esa temprana experiencia hizo que Sara,  siguiendo el ejemplo de sus mayores, haya participado durante su vida de las diversas formas de organización que se gestaron en el barrio. Hoy Sara tiene un sueño: concretar el Centro de Pensionados para su barrio.
Ella está tramitando su derecho a una pensión por invalidez. Junto con otros vecinos ya titulares de derecho se reúnen desde hace un año para conformar un centro de Pensionados. “Yo me he ofrecido para cortar el pelo a los pensionados que se acercan al centro. Nosotros soñamos con tener un centro de Pensionados en nuestro barrio, con tener nuestro espacio y tenemos mucha gente que quiere colaborar con trabajo voluntario como albañiles”, afirma Sara.
 “Actualmente vamos a visitar a las personas que están solas, las invitamos a que se agrupen con nosotros, tratamos de brindarle ayuda y contención”, comenta Sara. A esta organización de la sociedad civil la denominaron “Chaina Kunan" que en lengua originaria significa “Así somos”.
Sara además colaboró con el comedor comunitario cortando el pelo a los niños del comedor y es parte del grupo de autoconvocados que participa anualmente del Encuentro Nacional de Mujeres.
“Hemos participado como “Chaina Kunan” del último encuentro de adultos mayores y jóvenes que se realizó en la provincia para incentivar la participación de los mas jóvenes”, explica Sara al dar a conocer alguna de la acciones de la organización.
El grupo, que tuvo su primer encuentro en mayo de 2011, actualmente se reúne en forma semanal en el Centro Vecinal y Biblioteca popular del barrio “8 de Abril” y está compuesto por 15 personas, en su mayoría adultos mayores.



Daiana Márquez –Centro de pensionados de Esteban Echeverria, provincia de Buenos Aires


La historia de Daiana es la de una joven madre soltera que accedió recientemente al derecho a la pensión y que aportó su experiencia de vida para ayudar a otros y mejorar la calidad de vida de todos.
Daiana tiene un espíritu inquieto y solidario. A sus apenas 16 años es madre soltera de una niña de 5 meses. Vive en Monte Grande, partido de Esteban Echeverría en el hogar que comparte con sus padres. Desde los 5 años es diabética insulino dependiente, eso significa que su vida depende día a día de medicación.  Y es titular de derecho de una pensión no contributiva.
Su espíritu inquieto la llevó a informarse sobre el derecho a una pensión y luego a participar del incipiente Centro de Pensionados de la zona. Su solidaridad la manifestó brindando talleres informativos sobre diabetes para el resto de los pensionados del centro.
“La intención es juntarnos y charlar sobre nuestros problemas y ver si conseguimos solucionar algo de nuestras necesidades”, comenta Daiana. “A mí me gusta saber e informarme sobre nuestros derechos como pensionados”, expresa entusiasmada.
Cuenta que cuando obtuvo la pensión sintió alivio y agradecimiento. “Soy mamá soltera y gracias a la pensión puedo cubrir mis gastos y los de mi hija”.
Actualmente Daiana se forma en salud nutricional, un tema que la convoca y que comparte con su comunidad.


Brunilda Almendra, pensionada por Invalidez y presidenta del Centro de Pensionados “Fiske Menuco” de Gral. Roca, Río Negro.

Brunilda es titular de una pensión por invalidez, tiene 55 de edad y una vida muy dura a sus espaldas, llena de dificultades y obstáculos. Una situación de violencia familiar hizo que emigrara desde el norte de nuestro país con su hijo para asentarse en Gral. Roca.
Una vez allí su vida tampoco le resultó fácil. No contaba con medios para sustentarse ni un lugar donde vivir. Y le resultaba difícil obtener medicación para ella y su hijo, quien también presenta capacidades diferentes.
Acceder al derecho a la pensión le permitió mejorar su calidad de vida, obtener cobertura a la salud y comenzar a pagar un crédito del Instituto Provincial de la Vivienda para comprar su casa propia. También tramitó y pudo obtener la pensión para su hijo.
Pero Brunilda fue por más. Logró sobreponerse a diversas dificultades y eligió participar y organizarse junto a otros pensionados para construir un espacio que les permitió conocerse, compartir sus experiencias e impulsar acciones para mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
Hoy Brunilda es la presidenta del Centro de Pensionados “Fiske Menuco”. Este centro, que fue creado en el año 2011, ya cosechó muchos logros: se organizaron para obtener su personería jurídica, crear boletines informativos, gestionar becas y beneficios crediticios, asesorarse y socializar información sobre sus derechos y alcanzar acuerdos en materias de salud y recreativa.




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