Con los ojos
húmedos y las palmas batientes, con la
garganta hecha un nudo y el corazón en la boca, celebraron los compañeros de Ate Pensiones el acto por la memoria del Golpe Militar (o como bien lo
definió la señora Taty, el Golpe Cívico-Militar-eclesiástico) de 1976.
Los invitados de
honor que hicieron de esta jornada un momento inolvidable fueron Taty Almeida, Línea Fundadora de Madres
de Plaza de Mayo (distinguida en 2011 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos
Aires como Personalidad Destacada en el campo de los Derechos Humanos), y del
señor Julio Morresi, miembro de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por
Razones Políticas (distinguido en 2009 con el mismo honor),
Escuchar a Taty es un
privilegio. La inflexión que imprime su
voz en cada silaba inocula
su discurso de un significado que supera las propias palabras. “Yo era gorila, yo vivía en una burbuja”
Admite, con una sinceridad que le hace brillar la piel “hasta que me hijo me
parió a mí”. Entre recuerdos y reclamos, consignas y agradecimientos, Taty
contó un poco de su historia, que es la historia de la Argentina. Desde que ´burbuja´
explotó de golpe cuando detuvieron y desaparecieron a su hijo, en 1975, hasta
el día de hoy, en el que sigue luchando por recuperar sus restos “No me quiero
ir de acá sin tocarlos” dice, y estremece.
Después llegó el
turno de Morresi “Es difícil hablar después de Taty” comenzó, aflojando un poco
la atmósfera. Los temas que salieron a relucir fueron la militancia, el
recambio generacional, el papel político, empresarial, de las jerarquías eclesiásticas
y de la prensa, tanto hace 38 años como el día de hoy.
La jornada terminó
con el descubrimiento de una placa conmemorativa en honor a los 30 mil
detenidos, desaparecidos, presentes.