Entrevista a Roberto Galíndez, ex boxeador y titular de una pensión por discapacidad.

Acompañó a su hermano Víctor Galíndez en su carrera boxística profesional por todo el mundo. Hoy, este ex boxeador es titular de una pensión por discapacidad y  ayuda a jóvenes marginados insertándolos en el mundo del boxeo.

A Roberto Galíndez, cuando recuerda a su hermano, el mítico boxeador Víctor Galíndez, se le enciende el rostro, el cuerpo y el alma. “Víctor es una leyenda. Hace 34 años que no está físicamente pero todavía la gente me para en la calle para saludarme. Ahí uno se da cuenta de la dimensión que le dio al boxeo. Monzón, Galíndez, Loche son las leyendas de esa época; hoy se habla de ellos como si estuvieron acá, son inmortales”, dice, lleno de orgullo.

Roberto Galíndez nació en la localidad bonaerense de Luján y, como la mayoría de los boxeadores, proviene de una familia humilde. Ganándose de joven la vida como lustrabotas, comenzó en el año 1966 a practicar boxeo junto a su hermano.  “De a poco, como todos los que practican este deporte, empezó la lucha.  Llegar cuesta mucho, hay que ser constante porque todo implica mucho sacrificio, privaciones y esfuerzo”.

Cuatro décadas después de comenzar a boxear junto a su hermano, Roberto  realiza un trabajo social muy importante sacando de la marginalidad a chicos en situación de calle a través de la práctica del boxeo y los valores del deporte.

“Tengo un gimnasio y allí enseñamos boxeo de forma totalmente gratuita para los chicos de la calle; tratamos de sacarlos de las drogas, de la marginalidad, uno le da cariño, y les enseña con el ejemplo, que se puede salir con esfuerzo. Lo más importante es poder trasmitir a los chicos los valores que te da el deporte y el boxeo en particular”.

“El boxeo me dio todo lo que soy, aprendí mucho”, continua Roberto. “Los pibes son el futuro, hay que enseñarles que con trabajo se puede lograr todo, que un chico marginado puede ser campeón del mundo”. 

El Ministerio de Desarrollo Social, a través de las Pensiones no Contributivas, promueve el acceso a derechos de personas en situación de vulnerabilidad social y lleva adelante políticas sociales inclusivas para el desarrollo integral de las familias y su entorno.